martes, 10 de noviembre de 2015

CARTA A ANTONIO RUIZ LÓPEZ DE LERMA



La Laguna, 19 de septiembre de 2015


Mi querido amigo Antonio:

    Sabes muy bien que, a veces, la vida nos da golpes y no sabemos por qué. Nos preguntamos a solas, en el silencio de la madrugada o al caer la tarde, por qué hay días que se antojan grises, aunque el sol brille en todo su universo, por qué sentimos la niebla, aunque el paisaje esté nítido. Y nuestras preguntas quedan en el aire, sin una respuesta que nos calme y nos preste el sosiego que esperamos. Pero tú estás ahí, hoy, para recibir un merecido Reconocimiento de Honor y, de pronto, te das cuenta de que las respuestas se manifiestan, de que tu persona, tu buen hacer, te ha dado una hermosa respuesta, que sólo reciben las personas como tú.

   Quisiera estar hoy ahí, junto a Paquita, celebrando tu gran día, pero ya sabes que el mar es muy profundo y tengo tanto mar hasta llegar a tu tierra… Por eso, te he dedicado esta carta, estas palabras de amiga para que sepas que, aún en la distancia, mi presencia es cercana y sincera y que celebro ese momento en que sabes cuánto te queremos y admiramos.

   Hace apenas unos días, Valdepeñas sólo era para mí el nombre de un lugar que abrigaba Ciudad Real, un lugar sin ninguna referencia que me atara a la amistad y a la belleza de ese lugar. Pero quiso la vida que la presentación de “Luciérnagas del alma”, me llevara hasta allí, sin saber bien por qué sentí la imperiosa necesidad de asistir a ese Acto, tan lejano de mi isla, aunque el alma me decía que ese día, mi sitio estaba en Valdepeñas. Y doy gracias al cielo por indicarme ese camino, porque a mi vuelta a casa, me he traído en el  equipaje de mi corazón la experiencia de haberte conocido, al igual que a Paquita, esa maravillosa mujer compañera de tus días.

   La amistad no conoce el tiempo, Antonio. No es más fuerte si es avalada por los años. La amistad puede surgir en un instante, es sentir que, sin saberlo, nos conocíamos desde siempre. Es ese maravilloso milagro de sentir que ya estás menos sola, que el mar se hace menos inmenso. Y doy gracias a la vida por ello.

   Hace sólo unos días, dejaste en mis manos “Un camino a poniente”. Más tarde, otros versos y otra música. Y quisiera decirte que el camino al poniente se hace más llevadero cuando sabes que no estás solo, porque no estás solo, Antonio. Tu persona, tu saber estar, tus versos desperdigados por el alma de tus lectores, hacen que siempre estés con nosotros.

   Muchas felicidades por este Reconocimiento y como rezan tus versos:

                            Una día cualquiera llega la mañana 
                            con su beso de sol. Llama atu vida, 
                            te acaricia la frente y te convida 
                            a beber el `paisaje.
                      (...)
                          
Que siempre te acompañen estos versos.

Recibe el abrazo de tu amiga

Cecilia Álvarez  -Poeta-

  

  

 

domingo, 31 de mayo de 2015



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